Papa Francisco |
VATICANO, 28 Oct. 13 / 10:50 am (ACI/EWTN Noticias).-
En su homilía de la Misa
que presidió hoy en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa
Francisco explicó que Jesús no es solo espíritu sino una persona de
carne humana cuyas llagas y sacrificio han sido el precio de la
salvación de todos los hombres. Es aquel que, cada día, intercede y reza
por nosotros ante Dios.
Al centro de la homilía de hoy estuvo el pasaje del Evangelio en el que
Jesús pasa toda la noche orando al Padre antes de elegir a los Doce
Apóstoles: "Jesús compone su equipo" y luego se encuentra rodeado por
una gran multitud de gente "llegada para escucharlo y ser curada" porque
"de Él brotaba una fuerza que sanaba a todos". Son las "tres relaciones
de Jesús", observó el Papa Francisco, "Jesús con el Padre, Jesús con
sus apóstoles y Jesús con la gente". Jesús oraba al Padre por los
Apóstoles y por la gente y hoy sigue rezando.
"Es el intercesor, el que reza, y reza a Dios con nosotros y ante
nosotros. Jesús nos ha salvado, hizo esta gran oración, su sacrificio,
su vida, para salvarnos,
para justificarnos: estamos justificados gracias a Él. Ahora se ha ido, y
reza ¿Pero Jesús es un espíritu? ¡Jesús no es un espíritu! Jesús es una
persona, un hombre, con carne como la nuestra, pero en la gloria. Jesús
tiene las llagas en las manos, en los pies, en el costado y cuando ora
al Padre muestra este precio de la justificación, y reza por nosotros,
como diciendo: ‘Pero, Padre, que esto no se pierda'".
Jesús "tiene la primicia de nuestras oraciones", porque "es el primero
en orar" y como "nuestro hermano" y "un hombre como nosotros", intercede
por nosotros:
"Al principio, Él realizó la redención, justificó a todos, pero ahora,
¿qué hace? Intercede, reza por nosotros. Pienso en qué habrá sentido
Pedro cuando lo renegó, y luego Jesús lo miró y él lloraba. Podía
arrepentirse. Muchas veces, entre nosotros, nos decimos: 'Reza por mí,
¿eh?, lo necesito, tengo tantos problemas, tantas cosas: Reza por mí’. Y
eso es bueno, ¿eh?, porque nosotros hermanos debemos rezar los unos por
los otros".
Por ello el Santo Padre exhortó a pedir: "Reza por mí, Señor, Tú eres el intercesor":
"Él reza por mí; reza por todos nosotros y reza con coraje porque hace
ver al Padre el precio de nuestra justicia: Sus llagas. Pensemos tanto
en esto y demos gracias al Señor.
Para concluir el Papa alentó a agradecer "por tener un hermano que reza
con nosotros y reza por nosotros, intercede por nosotros. Y hablemos
con Jesús, digámosle: ‘Señor, Tú eres el intercesor, Tú me has salvado,
me has justificado. Pero ahora, reza por mí’. Y confiemos nuestros
problemas, nuestra vida, tantas cosas a Él, para que Él las lleve al
Padre".
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